Este articulo fue publicado en la antigua web, www.joancmartin.com (hoy extinta) en valenciano e ingles y la revista VIAJER@S de VALENCIA en el nº 7 primavera del 2008 en castellano. Se cuelga en el blog a petición de alumnos del master Tastavins de Avla Vinícola. València.
ZINO DAVIDOFF, EL MESIAS DE LOS PUROS
Zino Davidoff, Kiev 1.906- Ginebra 1994- fue un hombre arquetipo del Siglo XX, que elevo a condición cultural el fumar un habano. Era hijo de un estanquero de Kiev un harjmani (mezclador de tabacos orientales) de los mas sabios desde que Rodrigo de Jerez trajo las primeras labores a Europa. Zino aprendió de niño el oficio familiar mezclando tabacos y preparando cigarrillos, mientras escuchaba las permanentes conspiraciones en las tertulias de rebotica que su padre protegía, mientras esperaban (con la fe del perseguido) la revolución. El antisemitismo contemporáneo nació en Rusia tal como los historiadores Richard J. Evans y Joan B. Culla han demostrado en sendos magníficos libros de historia. En 1911 huyendo de uno de los habituales progroms, llegaron a Turquía de donde, a través del Cáucaso, de donde se exiliaron a Suiza. En el vital viaje iniciático de Davidoff, Ginebra fue el punto de partida y llegada de su perigeo, que encontró su apogeo en el valle cubano de Vuelta Abajo.
El estanco ginebrino de los Davidoff se convirtió en refugio de exiliados entre ellos Vladimir Ilich Ulianov “Lenin” a quien Davidoff padre, daba cigarros que no cobraba. Zino le dijo que no podían dar cigarros así, pero le contesto “en su lucha, los puritos les ayudan a pensar” Para un huido del terror zarista, Ginebra, el Cap i casal del Calvinismo, debió parecerle un paraíso ordenado y cronometrado basado en el derecho y el trabajo duro, profesionalmente hablando. Una vez me dijo algo que debió ser una guía para el, mientras nos fumamos un Chateau Laotur uno de sus puro preferidos, algo, que si no era de Jean Calvino lo era de su apóstol mayor Zwingli. “Si no te conviertes en rico en esta vida no te hagas ilusiones para la otra”. Seria una guía pero no la única, la otra vendría de un universo distinto del suizo. Al fin y al cabo tanto Calvino como Zino eran hijos adoptivos de Ginebra y finalmente predilectos, cada uno con su iglesia y sus adeptos, la de Zino en la Rue de la Rive cerca del puente de Mont Blanc.
A los 19 años consiguió que le enviasen a Sudamérica para conocer los tabacos negros. Su padre le dio 3 cartas de recomendación sermoneandole: “en esta profesión la amistad no es una palabra sin sentido, estas cartas te ayudaran valen tanto como el oro”. En la casa Picardo el empresario se dio cuenta que Zino además de aprender, podía también enseñarles pues era un harjmani, y podía mostrarles las técnicas de mezcla de labores rubias, “un crio experto en lo que ellos no eran” contaba Zino. Picardo después de 6 meses lo dejo volar diciéndole, “uno que ama como tu los tabacos negros debe ir a Cuba, descubrirás las tierras rojas y no habrá nada mas para ti. Zino marcho al Caribe y quedo seducido por su espacio, su luz y sus aromas.
Para un huido de las estepas asoladas por los gélidos vientos ucranianos, la Cuba de los años 20 debió ser, no ya una experiencia iniciática sino cambiatica. Su sociedad clasista y paternalista, era permeable a las liberales relaciones, y la sensualidad imperante debió parecerle el paraíso. En Cuba –solo 14 años después huir de Kiev- contaba “me prendí de las mareas vegetales de las grandes plantaciones que mueven sus hojas como crines al viento en los valles de la isla”. Zino aprendió todo sobre el tabaco habano: variedades, cultivo, curado, y los suelos de los diferentes valles. Al regresar a Ginebra convenció a su padre de que mientras el continuara con las mezclas de tabacos turcos y balcánicos a gusto de su exquisita clientela, le dejase un rincón para trabajar, recomendando los puros mas exquisitos, construyendo su pionera y famosa cava de conservación de puros. Zino recordaba que fueron tiempos difíciles, “pues el fumador de puros cuando esta a gusto con su proveedor es difícil de cambiar”, pero se corrió la voz entre los aficionados, el joven experto era un maestro, y su negocio fue a mas. La siguiente prueba (la vida le había puesto a dura prueba desde su infancia) fue un reto, en 1940 a punto de ser ocupada Paris por los nazis, los importadores de habanos le enviaron sus existencias para evitar el saqueo nazi, y que las guardase en su gran humidor, su prestigio era sólido. Durante los años de la ocupación se convirtió en el único suministrador continental de habanos, esto hizo su fortuna pero también la de los importadores que le habían confiado sus existencias, pues al acabar la guerra se encontraron que Davidoff les presento una liquidación tan honrada y bien administrada que su prestigio se convirtió en leyenda. Sin duda un judío calvinista puede ser el mejor administrador de bienes.
Su espíritu emprendedor le llevo a aliarse con Fernando Palacios propietario de Hoyo de Monterrey, adquirida a la familia Gener, de origen catalan. Zino le propuso a creación de una labor nueva, recurriendo a sus conocimientos aprendidos en su primer viaje a Cuba y las técnicas de harjmani, “una mezcla de gran resonancia” le dijo Zino a Palacios que se llamaría “Grand Cru de la Habana”, Palacios le contesto ¡pero como vamos a llamar a un habano con nombre francés si mi apellido es español y el suyo judío! Él, le replico “me suenan tan bien los nombres de los grandes vinos franceses que asociar estos placeres es un glamour que apreciaran los aficionados de los dos productos”. Consulto a los propietarios de las bodegas –Margaux (fantástico aquel nº5), Lafitte, Latour- y convinieron. Zino y Palacios demostraron su alta visión de la cultura gastronómica moderna, hasta llegar al cenit con el habano Dom Perignon su mayor y mas caro lujo.
Por si la vida no le había puesto suficiente a prueba, la de enero de 1959 fue definitiva. El triunfo de la revolución castrista afectaba su negocio de importación de habanos, y he aquí que su país proveedor cambiaba totalmente, es posible que su relación con revolucionarios cuando era crío, le ayudara a entender al Che, a Fidel, a Camilo Cienfuegos o a Raúl Castro. Después de unos fracasados intentos socializadores con la marca Siboney para igualar la oferta, el gobierno cubano le hizo caso al mejor profesional que había en el mundo, Davidoff les dijo a los barbudos revolucionarios fumadores de habanos; “estatalizen o socialicen si quieren los ingenios tabaqueros, pero mantengan la calidad e independencia de las marcas (las vitolas)”, su aportación salvo al negocio de habanos. En 1968, en agradecimiento llego un viajero de la Habana con un gran regalo personal de Fidel Castro que había quedado seducido por la lucidez profesional de Davidoff, Zino creyó, que el gobierno cubano le otorgaba una condecoración, pero le ofrecían la posibilidad de hacer una gran labor con su nombre. Respondió con igual practicidad “quiero controlarlo todo, elegir la plantación, hacer la mezcla, la forma de la caja, el anillo, todo. Aceptaron, y así nació la marca Davidoff. El gobierno le construyo una estupenda fabrica donde hizo su habano, el mas suave y aromático de todos los de aquella época. De su especial relación con Fidel han corrido todos los rumores (si se llegaron a entrevistar o no) siempre que le preguntaban que opinaba de Castro el respondía, “Castro se dedica a la política y yo a los negocios” genial respuesta para un ginebrino donde capital y política se dan la mano. Una vez, cenando en el Lion d´Or el magnifico restaurante en la colina que se asoma sobre el lago Leman, le hice la misma pregunta, mientras nos servían un perfumado Dry Martíni, y en vez de contesta a mí pregunta, me respondió, “a ti que tanto te apasionan los tintos especiados debes visitar el valle de la Bekaa en el Libano, y la llanura siriana de Oms junto al Kraal de los Caballeros es la patria de Syrah esa uva que te gusta tanto, conoceras las tierras rojas de la Syrah y no habrá nada mas para ti, probaremos el Chateau Kefraya esta noche y veras, es uno de los mejores vinos del mundo”, acertó en la elección del vino y en lo demás, pero no respondió a mi pregunta, era mi maestro y se lo podía permitir. Recuerdo perfectamente cuando le conocí, en 1990, entre a su tienda de Ginebra a comprar puros y a que me dedicara su “Libro del buen fumador de puros”, genial idea del editor Robert Laffont,
llevaba una carta de presentación de Xavier Domingo buen amigo de Zino y otro de mis maestros, muy amable me contesto “hare algo mejor” y pego una fotografía suya en el libro en la que estampo su dedicatoria, mientras me preguntaba que hacia en Ginebra, “de paso para Zurích, dirijo una bodega Valenciana de propiedad Suiza, y viajo frecuentemente a las reuniones del consejo” conocía naturalmente la bodega, a partir de entonces creció intensamente la amistad y los intercambios, yo le regalaba mi mejor
tinto, el Villa Albosa de Casa lo Alto y el sus Davidoff e incluso un preciado un cortapuros, que finalmente he transmitido a la campeona mundial de habano-sommelier Manuela Romeralo (en que mejores manos podía estar, este presente de mi maestro). La ultima vez que le vi lo recuerdo en la puerta de su tienda que hacia esquina, (igual imagen y pose que su fotografía dedicada) con su traje y su chaleco, su cadena del reloj de bolsillo, su aspecto de dandi a los Oscar Wilde, su parecido a Yves Montad y su aguda mirada que tanto había visto y sufrido en el agitado siglo XX.
Grandes fumadores de pros, clientes de los cigarros Davidoff
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