La cara occidental de la sierra, vista desde las Bodegas Sierra Salinas
SALINAS, LA SIERRA DE LA VIDA
Una mina de oro, un lago de plata, una cueva ancestral, una casa nobiliaria y una colonia laboral.
La Sierra de Salinas (o de la Solana, como le llaman algunos que están en la Umbría) es una alienación montañosa que se extiende de NE a SO por los términos municipales de Villena, Salinas y Monover penetrando en Murcia por el Valle del Carxe, donde se encuentra una verdadera muralla (“el paredón” en la Serra del Carxe de más de 1.370 m. de cota) que hace de frontera científica de la franja litoral mediterránea con la Murcia interior. Esta serralada forma parte del sistema pre bético del País Valenciano, y es una alineación montañosa típica pre litoral de l’arc mediterrani, como la de Salinas- que se extiende en casi paralelo al mar. Sus cotas, desde donde se divisa en lontananza, la bahía de Alicante y el mar, son ya destacables: Loma de Garrido 1.091 m. Penya Tallada 1.112 m, Covanegra 847, el vértice geodésico -de tercer orden- del Coire 1.047 m. el Alto de la Retora 1.112 m. Siendo el punto más alto de esta bella sierra, el lugar de la Capilla del Fraile de 1.237 m. de cota, que da nombre al mejor tinto cru junto con el Casa lo Alto reserva (DOP Utiel-Requena) del País Valenciano. Es una sierra con gran contenido patrimonial, además de los hitos geográficos y geodésicos de la Sierra, con sus capillas, tiene también, en sus garrigas piedemontes y laderas, otros, como la cueva del Lagrimal, la abandonada Colonia de Salinas y la Casa de Mira.
Garrigas donde se unen viñedos y bosque, vista desde la casa de Mira
La Sierra de Salinas es un lugar de vida, un rico patrimonio natural que esta conservado por sus cultivos mediterráneos; principalmente la viña, pero también el olivo y la almendra. Su valor paisajístico es muy grande y sorprendente, para llegar allí viniendo de Villena se toma la carretera que lleva a la del cruce de la carretera de Yecla-El Pinos.
Hay que seguir la CV-813 después del cruce de la línea del ferrocarril Madrid-Alicante -muy próxima a la estación de Villena- que lleva a la cara occidental de la sierra, por un camino donde vemos un país seco, algo árido, de tierras incultas, que muestran el fracaso de la Generalitat Valenciana y de nuestra autonomía en la agricultura, sonara raro pero es así, desde que tenemos estatuto de autonomía hemos perdido decenas de miles y decenas de miles de hectáreas de cultivo. Pero así están las cosas.
Por estas tierras incultas vemos un paisaje seco y abandonado hasta que llegamos a un pequeño “puerto”, un remonte realmente, donde el cambio de cota es perceptible hasta por el carburado atmosférico del vehículo, que es donde empieza la hacienda Francisco Gómez, un magnifico dominio vinícola, lleno de belleza y naturalidad y con patrimonio arquitectónico inolvidable, donde se cultivan las mejores vides y olivos que hacen naturalmente grandes vinos y aceites, excelentísimos los productos de esta casa (la Serrata, Boca Negra, Fruto Noble, Moratillas, y sus aceites Francisco Gómez gold y Francisco Gómez black además de fruto noble aceite).
La cara occidental y la nord oriental concentran más vegetación y humedad, apareciendo un agger semisilvestre que crean una imagen de verdor inusitada en el mediodía del País Valenciano, una imagen que bien podría pertenecer al Leimbach del valle de Zurich. Pinos, Carrascas, monte alto, matorral mediterráneo, hierbas aromáticas, y viñedos, que ascienden por las garrigas para encontrase con el bosque como en el Dominio de Sierra Salinas, finca de geometría perfecta y viticultura excelsa. Este domino vinícola de Sierra Salinas tiene una bodega de las más avanzadas e inteligentes -con singulares instalaciones de vinificación- dé toda la Europa vinícola.
“Vinyes velles” de Monastrell en vaso, sobre suelos francos.
Allí la Monastrell y la Tintorera -variedad tan alicantina o más como la Monastrell- dan unos tintos frescos, naturales, especiados, ricos, de perfumada esencia y bouquet elegante (son los grands crus; 1237, Puerto Salinas y MiraSalinas, y el gramsciano tinto mono varietal MO) tintos exquisitos de degustación y memoria eterna. El MiraSalinas hace honor con su nombre a la denominación histórica de este dominio vinícola; la Casa de Mira, heredera de una histórica vila rusticae romana que se ha mantenido a través de los cambios y desastres de la historia con la misma superficie y taxonomía, creando el concepto de finca indivisa, base de la estructura de los crus vitícolas. Este domino de Sierra Salinas tiene en la casa de Mira un gran patrimonio histórico, ya que es el llar ancestral del escritor Joan F. Mira, de inmortal literatura (El Purgatori, Borja Papa, Els dessitjs dels dies) y premio nacional de literatura, cuyas traducciones de Homero (La Odisea) y Dante Alighieri (la Divina Comedia) son reconocidas como timbres lingüísticos e literarios del patrimonio cultural europeo. Joan F. Mira nacido en l’horta sud cerca de l’entrada Puxades en La Torre, lloc de barraques muy próximo de la carretera que discurre por la antigua vía Augusta al salir de Valencia, y que pasaba por Villena (no muy lejos de Sierra Salinas) entre las antiguas estaciones romanas Ad Tures (La Font de la Figuera) y Ad Elis (Elda), recuerda sus orígenes en esta sierra de la vida. Joan F. Mira viene pues de una familia vinatera que regentaba esta finca vitícola en el siglo XIX, salieron de allí empujados por su espíritu emprendedor para comprar y explotar una finca en la Manchuela cuando la gran expansión vitícola del XIX (mientras la filoxera cabalgaba apocalipticamente por los viñedos europeos) demandaba vinos del sur sin cesar, con el ánimo de engrandecer su casa y aprovechar la oportunidad histórica. Cuando estaban a un pam de alcanzar su objetivo, llego la filoxera a sus viñedos arrasando su esfuerzo y sacrificio. De aquella ruina tardaron décadas en rehacerse, pero, sus descendientes dejaron como Joan y su hermano Ernesto (un funcionario público ejemplar, a más de una bellísima persona), una huella imborrable, como que, de las derrotas se surge con renovadas creencias, principios, valores. Ya lo dijo John Ford “en las derrotas se muestra más valor que en las victorias”. El propio Mira dejo escrito en el prólogo de un libro, “las casas nobiliarias familiares son el hogar de los héroes”, y de la fortuna, pues este gran escritor la ha tenido con su familia; su hermano, su maravillosa y distinguida esposa, sus ejemplares padres. Quizá, todo venga de este solar patrio de la Sierra de Salinas y de su casa de Mira, los bienes solo los son, cuando están relacionados con los valores, y la casa de Mira es la solariega de una familia noble.
La Sierra de Salinas llega en su punta meridional a la frontera con Murcia introduciéndose en ella, pero toda esta zona es un diafragma, donde el mestizaje es su rico valor. Uno de los muros de piedra seca, un ribasso de los viñedos de la Finca Salinas, limita con Murcia (¡ah, la cultura de la piedra viva!), siendo el límite de la D.O.P. Alicante y del País Valenciano, cuya cultura y lengua y gastronomía se adentran en el Valle del Carxe. Su influencia interactúa con Jumilla, que como enseño el historiador Enric Guinot, formo parte del Regne de València -junto con Villena- más de un siglo. Esta interactuación tan rica entre Alicante, Villena, Jumilla y Yecla es una de las bendiciones del sur peninsular español. La Serra de las Pansas, ya en Murcia, es un topónimo esclarecedor, esta Serra de les Panses, se circunvala por el sur desde Raspay (lugar de grandes arroces de conejo y caracoles –serrans-), población a caballo entre estos dos buenos lugares, por un camino que lleva a Casa de la Ermita, finca murciana de grandes vinos.
En la punta de este espinazo esta la cueva del Lagrimal. A esta cavidad ancestral, aunque tiene sus niveles más profundos (el IV, mesolítico y el III neolítico) bajo el subsuelo de Villena, se entra por Yecla (15 m. de boca). En esta cueva que alcanza 28 m. de profundidad, se han encontrado artifactos desde puntas de flecha y cerámica hasta hojillas y brazaletes de conchas, de aquellos ancestrales habitantes que habitaron ya esta sierra de la vida. Interesante y fascinante pues, el viaje por esta sierra y sus accesos. La buena gente de Villena, Salinas, Raspay, Yecla y Jumilla, hospitalarios como pocos, te hacen sentirte como en tu casa, cuando vas de aquí para allá en este rico y diverso espacio patrimonial. La cara oriental se inicia en la punta meridional de este espinazo montañés. En esta vertiente sur, la vegetación es más escasa, pero, sigue siendo diferente del resto del entorno comarcal del Alto Vinalopó, excepto en el barranco de la Boquera, situado sierra arriba, lugar de frondosa vegetación, que como su nombre indica, hace circular las aguas de lluvia dé forma abundante por la impermeabilidad de su suelo. Esta divisoria de aguas y otros barrancos de la cara oriental de la sierra, recogen, filtran o abocan el agua (de ahí boquera) desde la sierra hacia la llanura que hay en el término de Salinas llegando incluso a la laguna y el terreno que hay entre ellas. Este lago de plata (desecado y vuelto a llenarse, el agua busca siempre su camino) da una extraña luminosidad al ambiente por la reflexión luminosa sobre los cristales de la sal, debido a la refracción de los rayos solares, es también de gran beneficio para el micro clima de este terroir singular. Un lago, por salino y pequeño que sea en el hinterland del Alto Vinalopó y a más de 600 m. de cota, crea una influencia húmeda en los cultivos mediterráneos como los de esta sierra: viñas, almendros y olivos.
La cara oriental es más llana que la ondulada occidental, que tiene una platea y garrigas de gran valor orográfico. En la vertiente del este, destaca la laguna de Salinas, situada a 2 km. del pueblo de Salinas termino al cual pertenece. Este lago de tipo estepario de aguas saturadas de sal, pero de gran valor ecológico tiene 1.200 m de largo por 800 de ancho, en ella hay rupia marítima y sus orillas están cubiertas de espesas formaciones de juncias y juncos, que se hallan también en las restingas que se insertan en el lago, en ellas anidan palmípedas y zancudas de forma sedentaria, y confieren a esa plana, un valor de gran influencia vitícola en el oriente de la sierra, desde que en sus laderas se rompieron la costras calcáreas que hacían el efecto de terra rosa australiana, dejando un suelo perfecto para la viña, como han demostrado las bodegas de la cara oriental; Finca Collado, Sierra Cabrera. Finca Collado de propiedad familiar y tradicional casa rustica rodeada de viñedos, se ha especializado en las variedades foraneas Cabernet y Merlot tintos de muy buen color y bouquet sabroso de perfecta crianza y alta enología. Sierra Cabreras otra bodega también de Salinas, combina, en cambio, para su Carabibas las variedades Cabernet y Merlot con la Monastrell, haciendo de este tinto de Salinas, una de las combinaciones más interesantes de variedades atlánticas en “el reino de la monastrell” con una variedad mediterránea por excelencia en un suelo de edafología salina como el de esta plana. Esta bodega toma el nombre de la Sierra Cabreras (869 m. de cota) situada al este de esta plana de Salinas (645 m de cota) y que cierra el valle por el NE.
Es, su suelo, su subsuelo (las condiciones edafológicas) la causa de la riqueza vital de esta sierra y de la grandeza de sus tintos. Esa frescura, su mineralidad y su elegancia, tienen su origen y causa-efecto en la condición edafológica más que en la climática, aunque está, también influye pues en la vertiente occidental de la sierra las precipitaciones alcanzan los 400mm anuales por m2 superando en más de 100 los de la Villena estricta. Pero la causa de su frondosidad y verdor está en el alto nivel freático, Esta sierra fue cubierta por un glaciar marino en tiempos cretácicos, y su edafología tiene esa condición cretácica, muy similar a la de otras zonas productoras de grandes vinos, a causa del deshielo de la última glaciación hace ahora 16.000 años. La glaciación, y sus deshielos en tiempos neolíticos son el efecto más importante en la viticulura europea hasta la llegada de la filoxera a Europa en 1863. Sí, la hipótesis (The Noah Hypotessis) desarrollada por el científico del MASC (University of Pennsylvania) Patrick Mc Govern, en su libro “Ancient wine. The search for the origins of viniculture” es cierta, econtrariamos la explicación de la expansión de la viticultura y la mixtura vitícola varietal en el Mediterráneo occidental (la Tintorera en Alicante por ejemplo) y también la causa de la grandeza de estos tintos alicantinos de la Sierra de Salinas. El deshielo de la morrena del glaciar marino, filtro su agua glaciar salina, a estratos medio profundos y genero la mina que desde el Cabeço de la Sal (monte de 892,3 m. de cota y casi formado enteramente por sal) es la sima de sal gema más grande de Europa (500 millones de toneladas, y una gran riqueza económica, -“vale su peso en sal”, “salario”- indican como ahora el oro el valor-patrón de la antigüedad y tienen esos epifenómenos) y la creadora del salitral endorreico de la Laguna de Salinas: Esta es una mina de sal -disuelta en agua- de la que se extrae y se lleva a Torrevella por un saloducto. Este subsuelo acuoso salino filtrado por el glacis calcáreo, es el factor determinante de la gran riqueza enológica (son vinos muy estables) y gustativa de estos vinos de la Sierra de Salinas (son los tintos más frescos y elegantes, y junto con los de la AOC Fitou –Llenguadoc- los más longevos de l’arc del Mediterrani). Si en la cara oriental predominan más los suelos trabajados de anteriores y arrancadas costras calcáreas, en la occidental aparecen más los suelos francos e inclusos arenosos (típicos también de la presencia glaciar como en el caso de otro gran tinto meridional el Pago Casa Gran Falcata Arenal, al pie de La Bastida de les Alcusses). La Familia Amorós de Villena tiene un viñedo sobre suelo arenoso -Finca la Cararsca- más que centenario de Monastrell, prefiloxerico, de cuyas uvas hace Felipe Gutiérrez de la Vega su exquisito y elegante tinto Príncipe de Salinas, de inolvidable placer su degustación.
El suelo arenoso de la finca de los Amoros, territorio prohibido para la filoxera.
La Sierra de Salinas fue testigo como en otros puntos del Vinalopó de una colonización social, en 1910 la “Junta de Colonización y repoblación interior” del gobierno de Madrid llevo a cabo el establecimiento colonial de Salinas, uno en Villena y otro en Yecla. El proyecto fue diseñado por el ingeniero agrónomo Luis Benedicto, compaginando la explotación agrícola con la forestal. Fue parcelado y ocupado igualitariamente por 49 familias venidas de Villena, calificadas como JAPA (jornalero agrícola pobre absolutamente), en aquella España hubo que hacer un sorteo, ¡tantos había! La colonia tuvo un desarrollo urbanístico bueno, pero no económico, el estado nunca construyo la almazara y la bodega prometida, y sin capacidad transformadora agrícola, no había más futuro que el duro trabajo y la carencia constante. A pesar de que en 1914 imitando al movimiento cooperativo catalán desarrollado en la Conca de Barbera se estableció la “Asociación Cooperativa de la colonia de Salinas”. Fue finalmente abandonada después de la guerra civil. De haberse constituido como un kibbutz israelí, quizá hubiese perdurado. En los tiempos que corren, quizá hay que desempolvar proyectos como este. Hoy se conserva gracias a que algunos de los herederos de sus colonizadores mantienen su segunda residencia. Pero, esta antigua colonia y sus tierras, antaño roturadas, son la quinta esencia vitícola de la Sierra, y donde la relación suelo-viña manifiesta todo su potencial vegetal.
Joan C. Martín
Enólogo y escritor
Bodegas GUTIERREZ DE LA VEGA: info@castadiva.es
Bodegas SIERRA DE CABRERAS: info@carabibas.com
Bodegas SIERRA SALINAS: comunicacion@sierrasalinas.com
FINCA COLLADO: info@fincacollado.com
¡Gracias por esta lección magistral!
Un abrazo
françois