ABSTRACTA VINICOLA Nº 5
PORTO, MADEIRA, MALAGA, ALACANT, XEST (1ª parte)
Dice el filósofo, que desde la infancia todos partimos en busca de una visión, es posible que sea asi, pero si es así, Proust tiene razón “la patria de cada hombre es su propia infancia” .Como era aquello tan bello, de Alberti “mi infancia es un patio de Sevilla”. He sido bendecido por los dioses con la afición por los vinos de postre. A mi me destetaron con el añejo vino de mi pueblo, hecho con PX cultivado en los Visos (una mesa de 550 m de altitud, plana, abierta a los 4 soles y la rosa de los vientos) que alcanzaba 17º naturales y que se redondeaba con Mersseguera y/o Plantanova del Pinar y los Pinos Veros y Moscatel de El Riuet. La bota familiar que había en la bodegueta de la casa valenciana a 2 mans, contenía la madre del primer vino que hicieron los cordiales allá por el tiempo de la repoblación postmorisca. La madera ya no aportaba mas que el efecto contendor, pero ya había dejado todo lo que tenia dejar en la madre y la solera del primer vino. Después de 1937 mi familia lo elaborababa en la cooperativa que ellos y otros como ellos –el autentico pueblo xestano- habían formado en 1937 (una autentica conjugada) en plena guerra civil, “la Carabassa” una coperativa mitica. Mucha gente entre ellos mi padre, iban a comprar con la garrafeta este exquisito elixir. Este añejo era generoso, fragante, reconstituyente y restaurador, un bouquet amplio y armónico que sabia a terruño, a país, a fruta y a viña. Mi padrino y tio que además de ser un gran viticultor era un hombre entendido en la cultura y en el vino, me hablo con admiración de que en otra parte del mediterráneo, en los montes de Málaga, había un vino hecho con las mismas uvas, que era aun mejor, que era una joya, yo era un crio y como que estábamos tableando y al mulo aquel había que prestarle mas atención que a la xarrada, tome nota y me lo archive en la memoria, por si en el futuro me era de utilidad, !y vaya que si lo fue! También en la otra cooperativa de mi pueblo, que ahora anda lia con la modernidad espumosa, con el asunto ese del Reymos, hacían un añejo superlativo, un gran vino al que la botella había mejorado el bouquet, el Cambrillas de PX y 15º, aun recuerdo su grandeza y la hecho de menos.
Cuando estuve en Andalucía haciendo el servicio militar, conoci una tierra alejada del folklore y la propaganda española, que me enamoro profundamente, no era la baja Andalucia, eran; la Sierra de Facinas a mil y pico metros de altitud, con sus cumbres nevadas, a tiro de piedra del estrecho y desde donde se divisaba África. Tarifa (la punta de Europa y la unión de los dos mares*), las playas de Almeria (Carboneras), Arcos de la Frontera y sus callejas tan parecidas al lugarico viejo donde vivía mi familia. Pero hubo un lugar que me cautivo y en mi testamento vital hay una herencia para ella, los Montes de Málaga, con sus sierras, sus laderas, sus divisorias y sus viñas, su PX, su Moscatel, su Moscatel de Málaga, oro puro en la tierra, y su Romé, sí la Romé de Roxas Clemente, el ultimo vestigio vivo de que la tintorera es una uva milenaria, y no como dice un enólogo francés que trabaja en Utiel-Requena, que solo tiene ciento y pico años y es la alicante-bouschet (!pero que fanática es la ignorancia!, de ahí al tanibalismo solo hay una delgada línea tonta). Allí, en las axarquias, sierras y montes vive un pueblo, el vitícola malagueño que hace uno de los grandes vinos del mundo, el Transañejo de Malaga, pura civilización. Tiempo despues de que mi tio-padrino me hablara de el, mientras tableabamos las secas tierras de el Pinar, tuve mi experiencia vital malagueña, que recordare siempre mientras viva y que conte en un articulo para El País y que tuvo la suerte y la bendición de ser premiado por el prestigioso premio a la literatura gastronómica Juan mari Arzak, que convoca cada año Freixenet y la UA de Barcelona “La Cultura del origen en la gastronomía” fue un articulo largo (ocupo toda una pagina en El País) e influyente, esta influencia llego hasta la web del MAPA “alimentos de España”, entresaco aquí ese párrafo, porque lo que una vez esta escrito bien, no se puede mejorar. “Esta no acaba en su restaurante sino que transmite su beneficio a la sociedad por la influencia que el comer y beber ejerce en el ser humano. Yo siempre recuerdo con orgullo y placer la motivación que el disfrute gastronómico produce en la gente, cuando al mando de una pequeña unidad de la infantería de marina hicimos una larga marcha a los montes de Málaga. Para animar a aquellos conscriptos les contaba la historia y magnificiencia de los vinos de los montes de Málaga donde la Pedro Ximenez y el Moscatel producían los mas sabrosos y naturales del mundo, cuando por fin llegamos, tuvimos la recompensa anunciada, pues las gentes de las pequeñas explotaciones vitivinícolas nos recibieron en sus humildes casas, dándonos asiento a la lumbre y de beber el preciado néctar. Tuvimos la satisfacción mientras paladeábamos con fruición aquel caldo generoso, dulce pero a la vez añejo, de recibir la hospitalidad y el candor del alma del pueblo andaluz, y todo ello; los pequeños viñedos junto a la casa-bodega, los montes, el clima, la vecindad del mar y la cultura de esos viticultores montañeses es lo que hacia y aún hoy hace, que el vino de los montes de Málaga sea uno de los grandes cru del mundo, y que demuestra que la gastronomía tiene en la producción con origen la base cultural de su filosofía”. Párrafo del artículo publicado en el País el 14 de junio del 2005.
Años después haciendo el Anuario del Vino Español, volvi a Málaga, y de la mano de Félix Valencia, director técnico de bodegas Larios y el sumo hacedor del brandy 1866, enólogo amigo de Pepe Guillen, los dos de la misma grandeza de la misma categoría, conocí su enología. Me regalo Félix Valencia un libro que es joya de la corona de mi biblioteca, “El vino de Málaga” de Adolfo Vasserot Fuentes. Félix hacia también un vino benefactor, El Benefique, un vino de licor por el que bien vale pagar un rescate de la prima de riesgo. Unos vinos benditos, como el de los montes de Málaga y el de las sierras de mi pueblo, por el que uno es bendecido, cada vez que los bebe.
El gran cocinero vasco Juan Mari Arzak
que da nombre a este prestigoso premio.
*Fernando Rodriguez Garcia Bel fue secretario –un magnifico secretario-del CRDO vinos de Xeres-Jerez-Sherry, además de una bellísima persona, era un erudito humanista y un gran caballero andaluz, lleno de una empatía y generosidad que solo los irlandéses y los andaluces son capaces de tener. Fernando conocía bien Tarifa y sabiendo como sabia que yo pase por aquellos mares y playas, me conto la anécdota ¿sabes porque llaman a Tarifa paraíso entre mares? no ¿Por qué? ¡Porque la mare que trajo al poniente y la mare que trajo al levante!
D.O. Malaga www.vinomalaga.com
Cheste Agraria www.reymos.es
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